sábado, 26 de febrero de 2022

MATAR PARA ROBAR

Ninguna guerra tiene la honestidad de confesar “Yo mato para robar” Las guerras siempre invocan nobles motivos, matan en nombre de la paz, en nombre de Dios, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia y si por las dudas no convencen. las mentiras, ahí están los grandes medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero. En una de sus obras, William Shekespeare, escribió que en este mundo los locos conducen a los ciegos y cuatro siglos después, los amos del mundo son unos locos enamorados de la muerte que han convertido al mundo en un lugar donde cada minuto muere de hambre o enfermedad curable diez niños y cada minuto se gastan 3 millones de dólares en la industria militar que es una fábrica de muerte. Las guerras exigen armas, las armas exigen guerras y los cinco países que manejan las Naciones Unidas, esos cinco países con derecho a veto en la ONU resultan ser también los principales productores de armas. Uno se pregunta ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo la paz del mundo estará en manos de los que hacen el negocio de la guerra? ¿Hasta cuándo seguiremos creyendo que hemos nacido para el exterminio mutuo y que el exterminio mutuo es nuestro destino? ¿Hasta cuándo? (Spanish Revolution)