“Doble
Feo” era su cognomento popular porque le ganaba al médico y periodista francés
Theofhrate Renaudoi con su físico poco agraciado y del que nunca tuvo complejo,
pero su verdadero nombre era Héctor Roldán como quiso que se llamara el
Prefecto de Ciudad Bolívar, es decir, su
padre Francisco (Pancho) Lusinchi, hermano de Jaime Lusinchi, quien fue
Presidente de la Republica. Héctor como
el legendario guerrero príncipe de Troya y Roldán como el antiguo guerrero
francés. Pero Héctor Rodán, careció
de la suerte de ser atlético, bien parecido y bizarro, por lo que su primer
trabajo sólo lo llevó a guerrear contra la suciedad de los carros que se
estacionaban en el Garaje en que fue convertido el negocio de Tomás Rivilla,
luego que la euforia navideña lo incendió con su estruendoso fuego pirotécnico.
Al
ganadero y Presidente Municipal, Antonio José Grimaldi, siempre le simpatizó y Roldán dejó de lavar y
pulir carros para dar cuenta diariamente al Presidente edilicio de las bombillas
quemadas del alumbrado público. Poco
tiempo duró en su nuevo oficio porque el doctor Miguel Lima Ostos lo mejoró como Chófer de la
Presidencia de la Legislatura, pero debió de prescindir de su servicio porque
Roldán conducía a menos de 60 kilómetro por hora y Lima Ostos se quejaba porque
tardaba un día para llegar a Guasipati.
No
me queda más alternativa dijo Héctor que meterme a político. Siempre estaba en la oposición. Vendía Tribuna Popular, La Pava Macha, Clarín
y terminó preso con Amín Inaty y Jose Díaz, militantes de la Izquierda que
apoyaban la guerrillas. Por último militó
en Cruzada Cívica Nacionalista y llegó a ser concejal suplente de la
Perroulo. Por último, alojó un famoso Chamán del Amazonas y largas
colas mañaneras frente a su casa de la calla Las Mercedes llevaban a los
extraños a preguntar y alguien respondía:
“Doble Feo que se metió a brujo”. (AF)
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