Graziano Gasparini, restaurador de la arquitectura colonial y neoclásica de
Guayana como los Castillo del Bajo
Orinoco, la Catedral de Ciudad Bolívar y
la Cárcel Vieja , murió el sábado 30 de
noviembre (2019) en la ciudad de Caracas, a la edad de 95 años. Gasparini era
un arquitecto ítalo-venezolano e historiador de la arquitectura colonial
venezolana.
Profesor de la Universidad Central y asesor durante muchos años del estado
venezolano, llegó a publicar 50 libros y dejado innumerables bienes patrimoniales restaurados,
edificaciones construidas, kilómetros de país recorridos buscando y encontrado
hermosas reliquias del pasado indígena-colonial.
Llegó a Venezuela en agosto de 1948,
de 24 años, tras haber terminado sus estudios en el Instituto Universitario de
Arquitectura en Venecia. Todavía no existía la Facultad de Arquitectura en
Venezuela y los arquitectos no pasaban de diez, entre ellos, Carlos Raúl Villanueva, Gustavo Wallis, Gustavo Guinand,
Tomás Sanabria, Andrés Vegas y Martín Vegas.
En diciembre del 51 se casó con la venezolana Olga Lagrange Antich, de padre nacido en Francia y la luna de miel le
sirvió para recorrer el país y recopilar el material para su primer libro: “Templos
coloniales de Venezuela”. Entonces El
Nacional publicó un artículo que decía que teníamos una arquitectura
colonial sin saberlo, porque en ese
primer libro registró como unas doscientos cuarenta iglesias coloniales. Luego,
de las iglesias pasó a las casas, de las casas a las haciendas, de las casas de
hacienda al urbanismo, del urbanismo a la ciudad del siglo XVI, y a narrar las influencias que pudieran venir de Europa.
En 1958, a la caída de Pérez Jiménez, ingresó a la UCV llamado por el
Rector Francisco de Venanzi para dar clases de Historia de la Arquitectura colonial venezolana.
En el 44, cuando el gobierno de Medina, quien hizo la primera Ley de
Protección del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación. se constituyó una junta que duró
prácticamente hasta la creación del IPC en 1993. Gasparini fue secretario de esa junta por más de dieciocho
años y de ahí salieron casi todos los decretos para la restauración de La
Guaira y de Coro. Gasparini fue asesor
de arquitectura colonial del ministerio de Justicia y fue de los que se
opusieron que se introdujera la arquitectura de alto contraste en la
revitalizació del Casco Histórico de Ciudad Bolívar como el Teatro de Oscar
Tenreiro adosado al Capitolio de la Plaza Miranda.
No era que se opusiera a lo moderno.
De ninguna manera sino que bien se podía modernizar sin destruir, pero para eso se necesitan facultades que no se
estudian, que son sensibilidad y talento. Pero pareciera que hay algo superior a eso, porque la destrucción que se
ha hecho en varias ciudades como Caracas y Ciudad Bolívar ha sido brutal y
sigue sucediendo, como si nadie pudiera detenerla y es porque todo por
debajo, por detrás, tiene un interés económico.
Gasparini fue buen amigo de Carlos Raúl Villanueva, de la corriente
moderna, quien murió en el 75, Su amistad comenzó en el 52, cuando vino aquí su
hermano Paolo Gasparini quien inmediatamente comenzó a hacerle fotografías a
sus obras. y estuvo siete años en el taller Villanueva dando clases de diseño y
después de historia. (AF)
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