La popular Negra Cristina de la otrora Ciudad Bolívar, siempre con sus bucles y vestida de muselina, pateaba las calles de los colegios vendiendo suspiros, tirones, gofios, marialuisas y otros confites distintos a los que ofrece hoy la multiplicada buhonería adueñada impunemente de la ciudad capital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario