miércoles, 28 de abril de 2021

UN CURITA POLACO ACABO CON ARISTÓTELES

Siempre he tenido buena impresión de los polacos, desde que supe de un curita de esa nacionalidad que acabó con la idea aristotélica y también con la de Ptolomeo, según la cual la Tierra era el centro del Universo y tanto el Sol como la Luna y planetas giraban a su alrededor. El curita polaco Nicolás Copernico sostuvo más tarde lo contrario: que era la Tierra y demás los que giraban alrededor del Astro Rey y para que más le doliera, en órbita elíptica y no circular como quedó posteriormente demostrado por el italiano Galileo Galilei y el alemán Jhoanes Klepper, pero, fundamentalmente por Isaac Newton con sus leyes sobre la gravitación, Albert Einstein con su teoría de la relatividad y la teoría de la mecánica cuántica. No sé si meter al físico británico Stephen Hawkig empeñado en aglutinar ambas teoría en lo que llamaba cuántica gravitacional. Polonia, eminentemente cristiana, estuvo por la fuerza varios años sometida a la órbita soviética que al fin abandonó y ahora se ha transformado en la sexta economía más grande y una de las más dinámicas de la Unión Europea, alcanza en simultáneo un nivel muy alto en el Índice de Desarrollo Humano. Estando en la Isla de Coche, conocí a un polaco de apellido Cooper que auxiliaba a los enfermos y trataba muy bien a “Chucho Liboria”, un muchacho que era un fenómeno jugando billar y quien le cargaba el maletín durante las visitas médicas domiciliarias. En años recientes, 1980, me atraía la figura de otro polaco llamado Lech Walesa, cofundador del sindicato Solidaridad, movimiento de oposición al gobierno que llevó a la instauración de los partidos y el retorno a la economía de mercado como sistema económico, dando lugar al moderno Estado polaco, que cambió su nombre oficial a República de Polonia. Como no recordar a Lech Walesa en aquellos tiempos de la Unión Soviética de acero, a quien Ángel Zerpa Mirabal le regaló mis libros en la oportunidad de conocerlo en un Congreso Internacional de Trabajadores. Ángel Zerpa Mirabal era un tipazo como dirigente político. Una vez que estaba a punto de abordar el Avión en Puerto Ordaz, desistió al abrir el periódico y enterarse que yo en ese momento era el orador con motivo del 19 de abril en la municipalidad de San Félix, invitado por el Alcalde Clemente Scotto. Allá se apareció el amigo y me dio un solemne abrazo difícil de olvidar. (AF) .

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