El
problema más serio que debió enfrentar el gobierno de Rafael Caldera fue el de
las huelgas largas iniciadas en 1970 con la de los obreros de la empresa
Lummus, dirigida por Armando Rodríguez y a la cual se sumaron luego los obreros
de las empresas Orinoco Mining y Iron Mines y finalmente los ocho mil obreros
de la Siderúrgica de Matanzas. Antes la solidaridad huelgaria, como se ve, era evidente. Hoy, que va, el obrero se ha vuelto egoísta no obstante el pregón socialista enemigo del egoísmo a quien se considera muy propio del capitalismo.(AF)
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