En una de mis entrevistas con Alejandro Laime,
ingeniero civil de Letonia, residenciado en Venezuela e internado durante
quince años en la selva de Guayana en calidad de explorador, siguiendo, tal vez,
las huellas del catalán Félix Cardona Puig, me contó entre tantos observaciones
, haber visto y seguido hasta que lo perdió de vista más allá de una ciénaga impenetrable, un extraño animal de la época
cuaternaria seguramente. Se trataba de
un animal con la con cabeza de ave, el
cuerpo de un lagarto hinchado, la cola alarga estaba
provista de pinchos vueltos hacia arriba y a lo lar de la espalda
combada corría una alta franja parecida; una sierra que producía la impresión
de una docena ek barbas de gallo puestas una tras otra. Delante de es! animal
veíase un absurdo maniquí, o enano de figur humana, que le miraba inmóvil y
atónito.
Con la descripción del animal me encontré después
leyendo el “Mundo Perdido, situado en Venezuela, del escritor inglés Aethur
Conan Doyla, autor igualmente de las aventuras detectivesca de Sherlohon,
Y me he preguntado siempre, sin poderlo verificar
con Alejandro Laime, pues se lo tragó la tubular meseta del Auyanteuy donde el
veterano de la Segunda Guerra Mundial, Jimmie Ángel puso su avioneta Ryan Flamingo para
atraer la atención del mundo sobre el Salto de Agua más elevado del planeta,
si Laime había leído antes el libro y estaba sugestionado o, más que eso,
alucinado por el deseo de encontrar ese arcaico animal que el Profesor
Chellenger asegura en el libro que existía tratándose que los tepuyes de la Gran Sabana son como cárceles endémicas donde quedo atrapada el bioma de aquellos
tempos geológicos de millones de años.(AF),
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