Le pusieron Ángel –es lo que se cree- para contrarrestar el segundo nombre
Boanerges que, de acuerdo con el diccionario bíblico, significa “Hijos del
trueno”, pero no, fue porque su padre se
llamaba Ángel, descendiente, dicho sea de paso, de un corso francés. Pero la verdad, verdad, es que, por Mnemosina quizá, se le ocurrió a
doña Luisa Coraspe, cuando encinta de él, su primer hijo, leía una novela basada en un pasaje de la
Biblia en el que Jesús de Nazaret le puso el sobrenombre de Boanerges a
Santiago y Juan, dos de sus apóstoles, hijos de
Zabedeo. Los llamó Boanerges porque eran muy fogosos e impetuosos y
dialécticos y ciertamente por
coincidencia o intuición de parturienta
que así resultó el muchacho desde que nació
el 2 de abril de 1936 bajo el
signo de Aries. Quiere decir que contaba 83 años y meses cuando falleció el 9
de octubre a las 2 de la madrugada, tras una operación en el Hospital Universitario
Ruiz y Páez. Había sufrido un accidente
cardiovascular hemorrágico tras una
caída.
Bueno, murió irremisiblemente este sociólogo, amigo, quien había hecho un
doctorado en salud pública. Era profesor titular de la Universidad de Oriente y
ejerció durante toda su existencia en el
Núcleo de Ciudad Bolívar, donde se destacó como dirigente gremial y entre los fundadores
de UDO-70 que hizo posible el ascenso a cargos de decanato y rectorado a
numerosos docentes de la alta casa de estudios.
Quizás la mejor obra de Coraspe sea el Centro
Multidisciplinario de Orientación sobre Drogas, CEMODRO, ong´s, de prevención
integral social del Estado Bolívar que actualmente preside su hijo el
licenciado Halley Coraspe y que tiene desde su fundación hace tres decenios,
como misión primordial la prevención integral social en materia de reducción de
la demanda de drogas en nuestro estado y fuera del mismo.
La labor preventiva de Cemodro abarca los ámbitos, familiar,
educativo, laboral, empresarial y comunitario, así como el asesoramiento a los
organismos del estado, ministerio, sistema bancario, centros educativos,
unidades de atención, fiscalías, consejos de derechos, organismos de seguridad,
apoyar a todas y cada una de las instituciones que así lo requieran.
Yo
lo conocí a muy temprana edad, puesto que éramos vecinos en la calle Venezuela.
Consecuente amigo, voluntarioso y mucha iniciativa, idealista y convencido
siempre de sus ideas. Era uno de lols mejores alumnos del profesor José Simón
Escalona en castellano y literatura y cuando egresó del Peñalver quería ir a la
Universidad, pero carecía de recursos,
por lo que se puso a cantar como solista de conjuntos musicales locales, tenía
buena y rítmica voz, pero no era ese su
camino. Logró laborar en los
laboratorios de la Orinoco Mining, compañía norteamericana que al final lo becó
para irse a estudiar sociología en la UCV
Yo medié para lograr otras ayudas y al fin se graduó e hizo la carrera
universitaria que todos conocemos, especialmente sus diez hijos en dos matrimonios
y otros amoríos así como generaciones de estudiantes que pasaron por sus manos.
(AF)
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