domingo, 12 de agosto de 2018

"LAS PALABRAS" DEL POETA QUE QUERÍA VENDER EL ORINOCO






Hubo un tiempo en que tuve mil años
y una máscara de abandono.
Ni mi madre me reconocía.
Fui el constelado y solitario sobreviviente.
Nacía apretando un ansia fija entre las uñas.
Pleno de mi, no podía haber nadie con los nervios mejor calcinados bajo la pasión de le los cielos
Percibía las primeras señales y me ahoyaba.
Traté de arrojar las brazas de algo en ciernes.
Traté de hablar y nadie me entendió.
Fue así como descubro las resonancias Implícitas
Y me refugié algún tiempo en la locura,
No debía hablar hasta no percibir la señal convenida en alas de aves admonitorias,
en piedras de amolar,
en la floración alada de cierto árbol
ángel de flamígeras ramas
Las cosas junto a él estaban como hermanas.       
ángel de flamígeras ramas.
Las palabras allí estaban.
Aprendí a dar en el rostro con un manojo de palabras'
Héctor Gil Linares


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