El periodista Enrique Aristeguieta a quien sus
colegas reconocen por “Enriquito”, seguramente por lo chiquito aunque no tanto
como su tío Tomasito, quien sentía pavor por los muertos de la calle el
Progreso hecha por los presos de la dictadura gomecista en tiempos de Marcelino Torres. Sabiéndolo
Enriquito, se las ingeniaba cada vez que
quería tomarse la birras con su colega Abel Silva Olivares y haciéndose el
dormido comenzaba a invocar a los muertos que espantaban a su tío Tomaisito,
quien abandonaba la casa a toda escape y las cervezas quedaban a mano, libres y
como Dios manda.(AF)
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