Soto, amigo de Alfredo Sadel, lo invitó para que lo acompañara a Ciudad Bolívar y estando ambos de visita en la casa del doctor Elías Inatti, a Sadel se le presentó un percance: No podía cantar porque sentía un oído tapado. Inmediatamente Elías lo llevó al consultorio de su colega Vinicio Grillet y éste los recibió con una botella de güisqui. Sadel reaccionó, “Doctor, yo no vine a tomar güisqui sino a ver que tengo en el oído”. “No se preocupe que lo va a necesitar” respondió Grillet y le aplicó el scopio. Ven a ver Elías y Elías dijo que veía una nube azulada. A lo que de seguida pensó en voz alta Sadel: “Debe ser el jabón azul con el cual me baño”. (AF)
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