Evangelia me
hablaba de la Cruz del Sur que había logrado ver su padre, mi abuelo José de la
Cruz Tilllero, cuando fue Marino de los siete mares. De esta constelación con
cuatro estrellas dominantes en forma de cruz, habla Dante Aleghieri, en la
Divina Comedia, cuando pasaba del Purgatorio al Infierno y dicen que su nombre
se lo puso Hernando de Magallanes navegando el Estrecho que lleva su
nombre. Lo recordé anoche leyendo un
cuento de Jorge Luis Borges sobre el Impostor inverosímil. Se trata del marino Ton Castro que
consecuente con la tradición inglesa de “run away to sea” (huir al mar) deserta
de su oficio de Marino en el puerto Valparaíso después de contemplar la Cruz del Sur. (AF)
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