Ludovico
Silva, poeta y filósofo, estudioso de Karl Marx, considerado uno de los
intelectuales venezolanos más importantes del siglo veinte, visitó Ciudad
Bolívar en 1988, poco antes de su muerte y en un reservado del Hotel Laja Real
donde fue hospedado, se reunió con el poeta John Sampson, Saúl Andrade, José
Laurencio Silva y mi persona. Durante ese encuentro se abordaron varios temas,
incluso el de a Muerte y decía el filósofo animado por
el escoses que nunca faltaba en aquellos días, que su gran tormento era
que quería vivir eternamente y así lo expreso en un poema escrito a los 18
años. Luego reflexionó: “Hoy no sé qué pensar, la muerte me rodea por todos lados
Da vueltas constantemente en torno mío y
no sé qué hacer. Estoy confundido Aun me quedan restos de mi antigua creencia cristiana en la vida después
la Muerte, y en 1a resurrección de la carne;
pero también me apesadumbra un escepticismo
interior que me hace sufrir, porque me doy cuenta de que no creo realmente en nada de eso. Siento cómo
por dentro se me corroe la materia humana, y estoy impotente. Tengo una
enfermedad que podríamos llamar como cierta novela: "el mal
metafísico", porque no tiene cura. Al menos, yo no se la he encontrado, tras
largos años de lucha. La manifestación más horrible de este destino es la melancolía en que vivo, y el deseo de no ver
a nadie, ni hablar con nadie. La literatura, que era mi consuelo, he llegado a odiarla” . Ludovico murió el 4
de diciembre de 1988. Hace 30 años.(AF)
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