martes, 11 de febrero de 2020

PUNTO Y CERO


PUNTO Y CERO era la página cultural que Mimina Rodríguez Lezama mantuvo por largo tiempo en el “Correo del Caroní” y donde muchas veces se quejó del papeleo y la burocracia que le reducía o negaba el presupuesto a la Casa de la Cultura de Ciudad Bolívar.  Yo era de la directiva y recuerdo que en el 2001 le negaron el subsidio por no estar registrado. Eran de  tres millones, que al final no llegaron porque la carta de autori­zación, firmada por toda la Junta Direc­tiva no  había sido presentada en el registro  prin­cipal de la ciudad. Todo lo referente al Ac­ta Constitutiva estaba legal, pero, había que registrar la autorización que aportaba un miembro directivo de la institución,  Para entonces había una federación que agrupaba a 160 Ateneos y Casas de cultura en todo el país y había pedido 98 millones de bolívares, pero sólo le habían asignado 15 para las actividades de años calendario.
Ese año, 31 de abril de 2001, se abrieron dos salas de exposiciones en la Casa de la Cultura Carlos Raúl Villanueva. En la de pintura se exhibieron obras de los maes­tros Carlos Rufino Sambrano Ochoa, Ar­senio Pasarín Cuesta, José Martínez Ba­rrios y Rafael Torrealba acompañados de sus alumnos: Aída Guerrero, Álida Me­jías, Alvaro Sandía, Betzaida Molero, Car­los Carvajal, Doris Ortiz, Edgar Ostos, Erika Salom, Aurora Gladylis Sambrano Vidal, Haidé Requena, José Sancler, Li­lian Sánchez, Luis Lizardi, Luis Pérez, Magaly Salazar, Marbelia Cedeño, María Suárez, Miguel Herbonniere, Mirlenc Cabrera, Mirna Maradei, Miyoko Ishi. kawa, Nereida Kawasoe, Miriam Guevara, Tibaire Vicuña, Wilma Carvajal, Yenifer Medina y Zoraida Camacho.
En la Sala de Muñecas de Trapos y Títeres procesados en los talleres que condujo Asia Betancourt, artesana de Angostura, en homenaje póstumo a los titiriteros Genaro Vargas y Víctor Ortiz, como también a Blanca Mathinson, artífice de muñecas caricaturescas que fuere delicia colectiva. Expusieron en: home­naje también a Doña Enma Soto promo­tora del títere y los titiriteros de lcasa de la Cultura, los alumnos: Marisol San­doval quien además de su experiencia ta­llerista se vistió de muñeca en caracteri­zación inducida por la profesora Asia Be­tancourt, Yelitza García, Leidy Moremno, Angélica Carvajal, Yasmine Sánchez, Rotsen Medina y Soret Mejía, coordina­dora de los actos: Ambas salas fueron bendeci­dos por el sacerdote Tomedes, párroco de Santa Ana.

Sorpresa del acto fue el espectacu­lar Concierto del Grupo Musical Ensam­ble Orinoco en grandeza y memoria, en­tre evocaciones de infancia y de sonidos sobre la viejas calles de Angostura. Ac­tuaron esa tardecita de bandola y amor, los ilustres intérpretes que nos cuentan, entre espejos y balandras, los motivos de la fuga astral del Orinoco corriendo con su fiebre fluvial, hacia nunca: "nadie de­tuvo el rumbo de las Islas El Mar quebró sus redes de cristal", actuaron -repetimos-Ramón Guerra... (violín, bandola guaya­nesa y ukele). José Luis Lara... (cuatro y guitarra) Gerson García... (bandola llanera y mandolina). Fary Morillo... (maracas). Orlando Flores... (contrabajo). Luis y Rafael Mata se crecieron con Su­per Sonidos (AF)

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