domingo, 1 de febrero de 2015

El romancero Villalobos



El bolivarense tradicional del pasado  manifestaba cierta atracción por los romanceros.  Por eso admiraba tanto a su paisano Héctor Guillermo Villalobos que además de pedagogo y poeta fue Gobernador del Estado Bolívar a raíz de la Revolución de octubre del 45.  Su libro “Jagüey” lo conservaban como  un tesoro y las maestras lo daban a conocer a sus alumnos   Lo primero que hizo cuando fue designado Gobernador de este Estado y que debía  servir de ejemplo, fue decretar la eliminación de los gastos de sostenimiento de la Casa del Gobernador, los gastos de automóvil de él y del Secretario General del Estado, rebajó los gastos de representación, fijó en 3 mil bolívares el sueldo del mandatario, creó la Policía Rural Montada, dotó de instrumental quirúrgico a los hospitales y decretó duelo público por la muerte de del doctor Luis Felipe Pizarro, quien ejerció en Ciudad Bolívar la profesión de médico durante 50 años además de ser autor de trabajos científicos y ocupar cargos públicos de relevancia. Era masón y renunció a con carta pública que nadie se atrevió a contestarle.  Desesperadamente hubo que buscar como muletilla un escrito de Vargas Vila.  Por eso el ya olvidado refrán: “Para un Vargas Vila un Vargas Pizarro”.  (AF)

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