lunes, 9 de febrero de 2015

Las colas benditas y malditas



Las colas humanas en los bancos y otros establecimientos como la tos no se pueden esconder.  Por dentro o por fuera siguen siendo colas.  Cuando muchacho recuerdo que llegaban a Los Morichales por temporada bandadas de pájaros que conocíamos como “Rabo largo” porque además de vistosos lucían una cola más larga que las de su especie y que nosotros bajábamos de las matas con la puntería de nuestras hondas. Los desplumábamos y degustábamos  en parrilla colocada en cierto lugar de la Laguna que los parroquianos connotaron con el nombre de “Mango Asao” tras un incendio que achicharró los frutos del mangal de la Familia Cedeño y que aprovechaban largas colas de muchachos al salir de la escuela. estas colas podrían ser benditas, pero las otras son una vergüenza, una humillación. (AF)

No hay comentarios:

Publicar un comentario