No sólo el hierro
después del petróleo estaba en perspectiva de crecimiento económico de Guayana en los años del 40, sino también la
hidroelectricidad. Por ella, estuvieron en la región observando el potencial
hidroeléctrico del Caroní los doctores Oscar Augusto Machado, gerente de la
Electricidad de Caracas; John R. Long, ingeniero norteamericano y Raimundo
Aristiguieta, banquero e industrial guayanés. El
doctor Raimundo Aristiguieta, quien estudió secundaria en el Colegio Federal de
Ciudad Bolívar y derecho en la UCV, tenía sin duda una excelente vocación
industrial pues había fundado en Caracas, Barranquilla, Puerto Rico y Panamá la
famosa fábrica de sombreros de paja Britania.
Ahora, interesado por el desarrollo del potencial hidroeléctrico del
Caroní, también lo demostraba por la industrialización de la carne de Guayana,
incluyendo la de tortuga, pues tan pronto entró el año 1946, fundó e inscribió
en el Juzgado de Comercio de Caracas la Empresa EDECO, para industrializar la
carne de todos los productos de la tortuga del Orinoco así como toda clase de
conservas de animales y vegetales. Dispuso para ello un capital inicial de 100
mil bolívares para ser elevado a 500 mil después del primer año. El estudio
sobre la industrialización de la carne de tortuga lo había hecho el técnico
Carlos Schulz. Se pensaba beneficiar 40 mil tortugas al año equivalente a 300
mil kilogramos de carne así como 7.200.000 huevos al promedio de 180 por
unidad. Este proyecto no tuvo éxito.(AF)
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