domingo, 8 de febrero de 2015

La grandeza objeto de envidia


                         

La grandeza de un país como Estados Unidos debe ser digna de admiración y ejemplo más que de envidia porque como decía el Quijote… ¿Qué decía?  “¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de las virtudes!  Todos los vicios, Sancho, traen un no sé qué deleite consigo; pero el de la envidia no tal, sino disgustos, rencores y rabias”.  Los países que han alcanzado la grandeza es porque han tenido una sucesión de buenos gobernantes, entendidos éstos como los que han ejercido los poderes del Estado.  Y los buenos gobernantes se escogen a través de un sistema electoral que sea como una suruca que a medida que el minero la rota va dejando alrededor el ripio y en el centro las piedras valiosas.  Nosotros,  hasta el Presidente Medina Angarita,  tuvimos un sistema electoral que permitía ir seleccionando al mejor de los candidatos, un poco parecido al norteamericano, pero, bueno, ahora tenemos otro apoyado en la cibernética que permite seleccionar, no al mejor, sino al más carismático y populista. El anterior sistem electoral sólo había que perfeccionarlo. (AF)


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