En Margarita y Coche llaman “polvo” el acto
sexual porque indudablemente del amor sexual venimos y además lo corrobora la
Biblia cuando nos dice: “polvo eres” y
nos preguntamos será por eso que el ser humano es irremisiblemente telúrico porque al fin qué es el polvo sino
la misma tierra. Será por eso que el ser
humano es tan apegado a la tierra y que
la ame y posea como algo de si mismo. Será
acaso por eso la rabia cuando expropian
su tierra o pretendan de algún modo hacer uso de ella. Simón Bolívar, por ejemplo, montó armas en
Yare de 1807 cuando el doctor Nicolás Briceño se opuso utilizara un callejón
para su empresa de añil. En su novela
Doña Bárbara, Gallegos hecha el cuento de los herederos de Altamira en el Cajón
del Arauca que se pelean por el “Palmar de la Chusmita” de donde empezaba y
terminaban los linderos de cada uno. Aquí mismo en Ciudad Bolívar Jesús Ernesto Pacheco
Nessi (en la foto) se pelea con los Corniele por un pedazo de tierra colindante. Pero Pacheco Nessi para no seguir en
conflicto me ofreció la tierra en litigio
para que se la pagase como yo
quisiera y todo a cuenta de amigo desde la infancia y monaguillos que fuimos
del Padre Juan Bautista Marcano. Lo que desconocía
Pacheco era que por amistad no podía yo continuar el lío con los Corniele
y terminé regalándole el pedazo de
tierra por la cual discutían y que a fin de cuentas era im-productiva. (AF)
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