En
Caso Cerrado vimos la demanda de un marido a su ex mujer porque estaba abusando
de su hijo obligándolo a orinar más de la normal para utilizarlo comercialmente
en la venta de huevos cocidos en su
propia orina. Ella lo hacía porque en
China lo consideran un manjar muy exquisito y a ella le estaba dando
económicamente buen resultado. En ese momento pasó por mi memoria que Gonzalo
Jiménez de Quesada dice en sus memorias referentes a la conquista del Nuevo
Reino de Granada haber visto que los indígenas Panches comían carne humana y la
adobaban con sal de orina. (AF)
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