Ayer visite al colega Cruz Moreoo Seijas y no pudo ofrecerme un vaso de agua para calmar mi sed. El agua había sido racionada y cuando fluía
era turbia. Para consumirla debía ser un gasto extra adquiriendo la
embotellada, pero a veces no se encontraba.
Entonces se le ocurrió reconstruir un tinajero que había visto en una
casa abandonada. Lo que significaba
regresar a tiempos que se creen superados.
Pero, bueno ¿qué hacer? ¿Arriesgar la salud ingiriendo agua contaminada?
¡Caramba, Señor! Es comprensible una falla eventual, circunstancial,
imprevista, por lo tanto, temporal en el suministro de agua, lo insoportable es
que poco o nada hagan para corregirla.
Será que desvían el agua para alimentar las “peceras” del Jardín
Botánico o que ha crecido la población y las viviendas? Entonces ¿los estadistas?
¿Dónde están los estadistas? Ellos ¿no prevén, no planifican, o llegaron a la
administración pública con un ojo tapado y un ganzúa en la mano izquieda? (AF)
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