Tomás Parr, un soldado y farmacéutico inglés, vivió 152 años y para perpetuar su elevada longevidad le pusieron su nombre a un licor ideal producido en Escocia (Old Parr) Todos sus paisanos creían que el Viejo Tom era inmortal, físicamente, por supuesto, porque espiritualmente sigue viviendo en el aroma del scoch. Para mí que la inmortalidad física es una quimera. Los alquimistas con su piedra filosofal y Ponce de León perdieron el tiempo. Jamás pudieron dar con esa enigmática fuente o elixir de la eterna juventud, ni siquiera Fausto y Dorian Gray que a cambio le vendieron el alma al Diablo. Lo del Ave Fénix, por ejemplo, no fue sino un ensayo mitológico para demostrar que la inmortalidad sólo es posible en una especie única como esa antigua ave con plumaje dorado-púrpura que decían cantaba al amanecer. Debe ser aburrido vivir tanto tiempo. Hay que ver lo que es vivir 500 años, como el Ave Fénix, para luego emprender largo vuelo, de Siria a Egipto, ofrecerse en holocausto y renacer de las propias cenizas. (AF)
Memoria se lo que he visto, leído y vivido en la ciudad Bolívar del Siglo XX y XXI.
sábado, 3 de enero de 2015
Tom Parr vivió 153 años
Tomás Parr, un soldado y farmacéutico inglés, vivió 152 años y para perpetuar su elevada longevidad le pusieron su nombre a un licor ideal producido en Escocia (Old Parr) Todos sus paisanos creían que el Viejo Tom era inmortal, físicamente, por supuesto, porque espiritualmente sigue viviendo en el aroma del scoch. Para mí que la inmortalidad física es una quimera. Los alquimistas con su piedra filosofal y Ponce de León perdieron el tiempo. Jamás pudieron dar con esa enigmática fuente o elixir de la eterna juventud, ni siquiera Fausto y Dorian Gray que a cambio le vendieron el alma al Diablo. Lo del Ave Fénix, por ejemplo, no fue sino un ensayo mitológico para demostrar que la inmortalidad sólo es posible en una especie única como esa antigua ave con plumaje dorado-púrpura que decían cantaba al amanecer. Debe ser aburrido vivir tanto tiempo. Hay que ver lo que es vivir 500 años, como el Ave Fénix, para luego emprender largo vuelo, de Siria a Egipto, ofrecerse en holocausto y renacer de las propias cenizas. (AF)
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