El Viejo Aponte me contó que aprendió a moverse al compás de la música con una Negrita que lo sacó en el taller
de Carlos Granado habilitado para los Carnavales con el nombre de Sans
Souci. Recuerda que fue con el bolero
“Escríbeme” que estaba de moda, compuesto por Guillermo Castillo Bustamante cuando estaba preso en la
Cárcel Vista Hermosa de Ciudad Bolívar. El
compositor y pianista caraqueño que entonces tendría unos 40 años, estuvo preso
en las islas de Guasina y Sacupana, Delta del Orinoco, donde en cajetilla vacía de cigarro escribió
la letra de la canción cuya música estaba en la memoria que pudo verter en un
piano viejo que Monseñor José Bernal Ortiz le hizo introducir en la cárcel de Ciudad
Bolívar a donde fue trasladado. Castillo era militante activo de Acción Democrática, luchó contra la dictadura del
General Marcos Pérez Jiménez y es precisamente esta militancia política, lo que
lo condujo a la Cárcel de la dictadura y luego al destierro. Estando en Guasina se le informó que Inés, su
mujer, también estaba presa en la cárcel de San Carlos y es por
ello que su hija era quien podía tratar de hacerle llegar con mucha dificultad una que otra carta. A esta su hija es a quien está dedicada esta
canción que fue popularizada, entre otros cantantes de prestigio como Alfredo
Sadel, Lucho Gatica, Javier Solís, Los
Cuatro Hermanos, Silva, Rosita
Quintana, Ortiz Tirado, Robrto Yánez y
Simón Díaz: “Son tus
cartas mi esperanza / mis temores, mi
alegría / y aunque sean tonterías / / escríbeme…escríbeme”- (AF)
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