martes, 2 de diciembre de 2014

El Azul de la campánula




Los poetas suelen tener un color preferido.  José Eugenio Sánchez Negrón sentía atracción por el Amarillo y Luz Machado por el Azul Ese azul de la tarde que invoca Luz Machado en A sol y sombra: “De esa inmensa telaraña azul de lluvia / que es el cielo en este crepúsculo / me basta poseer el pétalo inasible / de esta ventana abierta”.  Cruz Salmerón Acosta va más allá con “Azul de aquella cumbre tan lejana / hacia la cual mi pensamiento vuela / bajo el azul de la mañana / color que tantas cosas me revela / Azul que del azul del cielo emana /Y azul de este gran mar que me consuela / mientras diviso en él la ilusión vana / de la visión del ala de una  vela”  Al poeta de Manicuare, en la península de Araya, lo había aislado la lepra que invadía su piel veinteañera. Se hallaba aislado a la orilla del mar cantándole al azul del mar Caribe que también en tiempos más recientes sedujo al Maestro Jesús Soto hasta el punto de comprarse una casa en la península que terminó regalando a Rosa, una sociólogo margariteña que le estremecía el piso.  Pero a Yosmari Carolina que vino a despedirse porque se va al Brasil a emprender mejor vida, lo que  le fascina es el azul de la corola de la campánula que tenía sembrada en el patio de su casa en la Urbanización José Antonio Páez. (AF)

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